Empoderar tu vida
Mucho se habla de empoderar nuestra vida. Pero de qué hablo cuando hablo de empoderarla. Estoy hablando, ni más ni menos, de reconocer el poder que tenemos para comprobar que nuestra vida es el resultado de las decisiones y elecciones que fuimos y seguimos realizando a cada paso.
Lo que ayer hicimos, o dejamos de hacer, los si, los no, los pedidos, las promesas, los compromisos, lo expresado, lo callado, y como antes dije, las decisiones y elecciones que hicimos son las que nos fueron trayendo hasta este presente, e incluso, a la manera en cómo lo transitamos.
Podemos sentirnos satisfechos, o no, podemos estar conformes, o no, podemos arrepentirnos, o no, pero lo que no podemos es modificar algo de ese pasado, sólo nos queda como posibilidad el camino de la aceptación y la resignificación (que no es lo mismo que la resignación), ser piadoso con lo que no nos agrada o con lo que consideramos equivocado, entendiendo que aquello que realizamos fue producto de lo que teníamos disponible en aquel entonces, de lo que considerábamos mejor o simplemente producto de otra manera de pensar y observar nuestro mundo, e incluso de observarnos a nosotros mismos.
Indudablemente hoy no somos los mismos de ayer, todo lo vivido y experimentado nos fue transformando y desde este nuevo lugar nos cabe la extraordinaria oportunidad de mejorar, de cambiar, sin reproches, sin seguir arrastrando mochilas llenas de dolor, rencor, odio o resentimiento.
Con lo que sí contamos como gran tesoro a descubrir es este presente, en él podemos reelaborar nuestra existencia, realizar nuevas elecciones, tomar otras decisiones, darnos la posibilidad de escuchar nuestras necesidades más profundas, entrar en contacto con lo que deseamos, con lo que creíamos perdido o abandonado, en definitiva, hacernos cargo de nuestra vida y de cómo elegimos vivirla, sin delegarla en otros o resposabilizarlos por lo que nos sucede.
Hay en nosotros mucho por hacer, por descubrir, por potenciar y tenemos el poder para hacerlo… Y para todo aquello que de nosotros no depende, nos cabe también la posibilidad de elegir; en estos casos elegir como transitar dicha realidad, decidir quienes elegimos ser, trabajando fundamentalmente la aceptación (aclarando que aceptar no significa estar de acuerdo sino darse cuenta que hay cosas que son como son y no está en nosotros modificarlas).
El momento de comenzar el propio proceso de cambio y transformación es el que elijas para hacerlo; podes incluso elegir quedarte como estás y ese también es tu derecho. Lo importante es que compruebes que de una manera u otra, quien está eligiendo sos vos.