Existen vínculos que logran sanar el pasado e iluminar el presente.

Vínculos construidos desde el amor más genuino y puro, las emociones más profundas y la incondicionalidad más plena.

Vínculos entre seres que aparecen en la vida para transformar su ir siendo para siempre.

Vínculos sentidos y vividos de manera sumamente especial.

Vínculos que dejan huella por el resto de los días por vivir.

Vínculos que trascienden tiempo, distancia y los vaivenes propios de la vasta existencia humana.

Vínculos que solo desean el bienestar del otro, acompañando el camino que se elija transitar sin obstaculizar sus pasos.

Vínculos mágicos que unen las almas eternamente.

Vínculos que representan lo más importante vivido y por vivir.

Vínculos que conectan con la profunda gratitud por cada encuentro y cada reencuentro de esas almas.

Vínculos valiosos por lo que van enseñando, por el aprendizaje que van dejando, por el privilegio de protagonizarlos.

Vínculos que conectan con la valentía que representa vivir y sentir de una manera que puede ser inimaginable para muchos otros.

Vínculos que observan desde los ojos del alma y abrazan espiritualmente a la distancia con la certeza de que aquello sentido es real, profundo y simplemente, para siempre…