Desarrollar el autoconocimiento es un valor en sí mismo. El autoconocimiento abre las puertas al cambio, al desarrollo del propio Ser. Es un proceso de transformación que puede, si así se decide, cambiar el curso de una vida.

Abrirse al autoconocimiento es una decisión personal, y al iniciarlo tenemos que saber que es algo que nos va a acompañar siempre.

Hay que tener en cuenta que está basado, entre otras cuestiones, en la posibilidad de observarnos a nosotros mismos en nuestra totalidad, evitando la tentación de caer en juicios de valor sobre nuestra persona, nuestro pasado, la manera en que vivimos hasta este presente,

El autoconocimiento es la llave para reconocernos en nuestros pensamientos, emociones, acciones y reacciones cotidianas. En hacernos cargo de la manera en que vamos siendo. Y menciono el ir siendo, porque es justamente como nos desarrollamos en la vida. Nadie es de determinada manera, sino que vamos siendo seres en construcción de nuestra personalidad, siempre. Si nos encerramos en la idea del ser de determinada manera es una forma de quitarnos libertad, de condicionarnos, de perder la gran oportunidad de mejorar, de convertirnos en quienes tenemos que ser para hacer todo aquello que deseamos y vivir la vida de la manera en que nos propongamos.