¿Cuándo nos ibamos a imaginar una situación semejante? Algo impensado irrumpió para dejarnos perplejos. Tiempo para quedarse en casa, para vivenciar, entre otras tantas opciones, una que dejamos de lado: reencontrarnos con nosotros mismos. Ese tiempo que casi nunca nos permitimos por correr tras cosas que hoy descubrimos que no son tan importantes. Un tiempo para observar quien voy siendo transitando la incertidumbre, haciéndome cargo de las emociones que acaecen en mí, aceptándolas sin juzgarlas y permitiendo que se manifiesten. Esas emociones que puedo aprender a gestionar y así abrir posibilidades donde creía que ya no existian. Tiempo para aprender a valorar, a expresar sentimientos, a revisar prioridades y también para proyectar qué hacer cuando todo esto sea pasado. Un mundo nuevo puede renacer luego de esta cuarentena, pero también tu mundo y mi mundo interior tienen su oportunidad para hacerlo. ¿Aceptas el desafío?