Mi ser y hacer profesional

Mediante este escrito quiero compartir mi experiencia en relación al ser y hacer desde el Coaching  Ontológico. Una experiencia que se fue dando desde lo estrictamente personal al posterior ejercicio de la profesión.

Puedo comenzar señalando que Coaching Ontológico es una disciplina transformacional, un entrenamiento del ser que vamos siendo en busca de la concreción de objetivos y metas en cualquiera de los aspectos de nuestra vida, acortando la brecha existente entre la situación presente y la que se visualiza como visión de futuro. Esto se da tanto para quien la transita como estudiante o profesional como para quienes se acercan a ella como coachee, participantes de talleres, jornadas, seminarios o son parte de su intervención en el área profesional, de equipo u organizacional. Luego de su paso nada continúa siendo igual.

Mi vínculo con el Coaching se inicia en el año 2011. Por aquel entonces, en medio de una sensación de tedio, me fueron surgiendo distintas inquietudes y la necesidad de un hacer diferente que me conectara con el entusiasmo. Para ser mas concreta, me encontraba en la búsqueda de un cambio en mi vida. Durante ese proceso, teniendo conocimiento que existía esta disciplina y contando con referencias de quienes ya la habían elegido es que decidí cursar la carrera, hecho que me demandó dos intensos años. Cuando hablo de intensidad me refiero a todo lo que implicó: brindarme el tiempo necesario para incorporar algo totalmente nuevo para mí,  tomarlo como un desafío que se iba incrementando semana tras semana, abrir mi mente a un mundo desconocido que me animaba a observarme a mí misma y a lo que me rodeaba (situaciones y también personas) desde una óptica totalmente impensada hasta meses atrás. Confrontar con creencias que me habían conformado hasta ese entonces y que comenzaba a verlas como limitantes. Un primer año que implicó el inicio de una transformación personal muy profunda, adquirir nuevas herramientas que me estimularan a conformar una nueva vida, redescubriendo todo lo que me rodeaba: la manera de vincularme, el uso que le daba al lenguaje y reconocer su poder para generar mi realidad, entre muchas otras cosas. Siempre recuerdo las palabras que una Coach me dijo al estar transitando ese primer año: pasaste 40 años de tu vida en un paradigma y llevas 8 meses en otro totalmente distinto. Esto fue en referencia a mi estado de ansiedad e incertidumbre, no entendiendo en aquel momento como los cambios pretendidos se iban a ir sucediendo producto de un proceso y no mágicamente de un día para otro.

Al finalizar ese año me encontraba con mucho entusiasmo enfocada en proyectos personales y en como concretarlos. Comenzaba una etapa donde el compromiso y la acción empezaron a ir de la mano. Y sin más puse foco en la visión que tenía a corto plazo: publicar mi primer libro. Fue tal mi determinación que en cinco meses lo hice realidad. En marzo de 2012 publiqué Caricias para el Alma. Reflexiones de vida, gracias a la inspiración que me produjo la comunicación con miles de personas en un grupo homónimo que había formado dos años antes en la red social Facebook. Ese libro sin duda alguna representó un antes y un después, algo que durante mucho tiempo deseaba pero que evidentemente no llegaba a concretar por no entrar en acción para lograrlo; esto fue hasta que el Coaching se hizo presente en mi vida facilitándome entonces las herramientas necesarias para que no existan más excusas para el no hacer. Caricias para el Alma fue el inicio de una nueva manera de comunicarme, de llegar a las personas, de sentir que iba cumpliendo con el para qué de mi existencia, ese que fui descubriendo y que se trata del deseo y la necesidad de dejar un legado, que algo de mí me trascienda. Mi primer libro representa una invitación por las vivencias y emociones que todo ser humano puede experimentar a lo largo de su vida, y en sus páginas se refleja el inicio del aprendizaje que iba transitando por aquel entonces.

El segundo año me puso frente a otra instancia de la formación, la de prepararme para acompañar profesionalmente a otros en su propia búsqueda de cambio, transformación y despliegue. Un año sumamente intenso, de mucha práctica, de poner el cuerpo en cada clase y las llamadas Audiencias, de trabajar mucho en mi persona y en todo lo que desde las emociones iba experimentando. Hoy, mirando atrás agradezco la oportunidad que me di, como así también mi gratitud especial a Cristina Pietrantuoni por haber sido con quien me formé.

Ya una vez certificada, en 2013 inicié mis actividades como Coach Ontológico Profesional. Abría así un nuevo ciclo. Aún recuerdo la primera serie de encuentros a los que llamé Café Coaching y que realizaba quincenalmente. A esos encuentros le siguieron Talleres, sesiones personales y estar abierta a propuestas que se fueran generando. Claro está que todo ese nuevo camino fue, y sigue siendo, sumamente desafiante, un paso a paso con la elección de continuar trabajando en mí misma, en las variadas emociones que me genera ese punto intermedio entre las muchas expectativas y lo que van siendo acciones concretas. Un proceso donde el autoconocimiento se incrementa, se está más consciente de lo que va ocurriendo interiormente, más alerta a las propias necesidades aprendiendo a escucharlas y se buscan y encuentran nuevas respuestas. Considero que es necesario aclarar que por más profesional que se sea, con toda la preparación que se va teniendo, nadie escapa a su ser humano con toda la gama de emociones y sentimientos que se pueden vivenciar, con las dudas e incertidumbres ante las diferencias instancias de la vida, con los aciertos y los errores que se suceden; es por eso que todos, sin excepción, estamos llamados a transitar un continuo proceso. Poder reconocernos en la totalidad de lo que vamos siendo pasa a ser la tarea más maravillosa. Redescubrirnos a cada paso y aceptarnos sin juicios de valor sobre nuestra persona nos abre las puertas a todo cambio que emprendamos.

En este transcurrir existe algo más que fui revelando en mí: un especial gusto por escribir artículos y notas abordadas desde lo profesional pero sin dejar de lado mi sello personal, producto éste de mis experiencias de vida. Estos artículos y notas son publicados en los diferentes medios gráficos y digitales de Argentina y el exterior que me convocan a tal fin y a los que les estoy muy agradecida. Así también tengo la posibilidad de participar en programas de radio abordando diversas temáticas relacionadas al ser y hacer humano.

Y en ese hacer continuo, luego de cursar Coaching Ontológico, estudié la carrera Consultoría Psicológica (Counseling). Gracias a ambas formaciones sumé recursos para acompañar a las personas a atravesar sus crisis vitales y transitar positivamente procesos de cambio y desarrollo personal.

En 2015 di inicio al proyecto Espacio para la Mujer, generando mediante diversas propuestas y actividades un espacio abierto al encuentro, el debate, el aprendizaje y la reflexión.

En marzo 2017 publiqué mi segundo libro, Liderando tu vida. Un camino de desafío y acción, desde el que invito a un revelador viaje al interior de sí mismo. Un recorrido de profundo autodescubrimiento y aprendizaje. Mi compromiso es inspirar a cada lector a que conecte con su capacidad para transformar su vida, haciéndolo responsablemente y abriéndose a la posibilidad para realizar los cambios que sean necesarios. Así, redescubriendo su potencial, podrá acercarse cada vez más a su realización personal. Esta obra me llevó a ganar en el mes de septiembre el Premio Raíces.

Mirando desde este presente el camino transitado compruebo que es resultado de lo que decidí para mí. Me cabe por lo tanto, una inmensa gratitud. En primer lugar, agradecerme por posibilitarme las oportunidades que me brindo de continuar aprendiendo, de transformarme a cada paso y ante cada nueva situación, abriéndome a los cambios. Agradecimiento a las personas que son mis maestros, a las que generosamente aportan a mi crecimiento profesional y personal, a las que me brindan oportunidades y las que confían en mí para acompañarlos en su propio proceso de cambio y desarrollo personal.

Me queda mucho por ser y hacer en mi tiempo de vida de aquí en más. Sigo firme con mi visión para seguir cumpliendo mi misión, haciéndolo con compromiso, responsabilidad, acción y amor.

 

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