Aceptar no es resignarse

La aceptación es uno de los procesos mas importantes que podemos atravesar a lo largo de nuestra vida. Aceptar no significa estar de acuerdo con lo que sucede, con lo que se nos impone como realidad en cualquier aspecto de nuestra vida. Aceptar es dejar de resistir aquello que no podemos cambiar. Aceptar no se traduce en resignación, aceptar es liberar nuestra alma de cadenas que nosotros mismos nos imponemos.
Puede no ser simple iniciar el proceso de aceptación. La razón fundamental para que así suceda es que en general lo que ocurre no son situaciones deseadas. Son hechos que de elegirlos, optaríamos porque fueran de otra manera o que directamente no ocurrieran.
Aceptar lo que consideramos lindo y bueno no implica el mas mínimo cuestionamiento, fluye naturalmente en cada uno. En cambio aceptar aquello que nos afecta emocional y afectivamente, que condiciona nuestra vida, requiere de una profunda tarea interior.
Aceptar es fundamental para poder continuar nuestra vida sin cargas extras. De por sí hay situaciones que afectan y mucho, como para que agreguemos a eso una lucha interna que de antemano sabemos que vamos a perder.
Hay experiencias fuertes que son transitorias, que abarcan una determinada etapa, que luego de superarlas, la vida continua…
El camino de aceptación termina siendo un camino de aprendizaje. La aceptación siempre termina aleccionando. Tengamos en cuenta que hay experiencias muy complejas que nos cambian la vida, pero que si no ocurrieran hay ciertas cuestiones que no las aprenderíamos. Sucede también que mientras se vivencian no se toma total registro, nos podemos sentir abrumados con pensamientos adversos, emociones que nos paralizan, energía en baja… Cuando todo pasa, cuando se ve en retrospectiva hechos y protagonistas, es ahí cuando se percibe todo en su real dimensión. Lo doloroso deja de afectar tanto, la experiencia deja su lección y nuestro Ser se ve mas fortalecido ante lo experimentado, y nuestra vida sigue su andar…

Leave a comment