Circuito emocional

Existe un circuito emocional que tenemos que reconocer como tal para aprender de nuestras emociones. Ante todo, tener en cuenta que somos seres emocionales, permanentemente y ante cualquier situación, sentimos. Esas emociones son desencadenadas por la propia interpretación que hacemos sobre hechos concretos o sobre lo que creemos que es. Esa particular interpretación tiene que ver con nuestra personal mirada sobre lo que ocurrió en el pasado, sobre lo que acontece en este presente o sobre lo que creemos que va a suceder a futuro. Esa personal mirada contiene nuestra historia, nuestras experiencias, nuestras creencias. Nuestros pensamientos – esa conversación consigo mismo – tiene que ver con la historia que nos contamos y con el convencimiento que lo que nos relatamos es «la verdad». Y será lo que inevitablemente nos llevará a tomar determinadas decisiones, hacer ciertas elecciones y a realizar acciones que acercaran o alejaran de nuestros propósitos.
Al desconocer nuestro circuito emocional, podemos considerar que lo que sentimos se nos impone y que nada podemos hacer. Si por el contrario, nos hacemos responsables por nuestras emociones, aprendemos que cada una es la consecuencia de nuestras interpretaciones y de las historias que nos contamos; siendo así podemos intervenir en ellas para recobrar el equilibro, entendiendo que el estado emocional es fundamental a la hora de accionar en cualquier orden de nuestra vida…
Lo expresado no significa que no exista o desaparezca de nosotros la tristeza, el dolor o la angustia, sino que el reconocer cada una de esas emociones como propia, comprender por qué las estamos sintiendo y darles su espacio de manifestación es parte de la sanación para recomenzar…

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