Termina un año. Comienza otro.

La vida, nuestra vida, sigue su curso.
¿Algo en especial se modifica por el solo hecho de cambiar el calendario?

Una vez más, como siempre y más allá de todo imponderable, de lo cual este 2020 nos dió cátedra, algo, mucho o todo podrá cambiar por nuestras decisiones, elecciones, por nuestros sí, nuestros no, nuestros pedidos u ofrecimientos.
¿Se puede elegir el 1° de enero como punto de partida para una “nueva vida”? Totalmente válido. Siempre puede ser una excelente oportunidad para comenzar, recomenzar, darse una o mil oportunidades o generar posibilidades de expansión, crecimiento y felicidad.
Todo, absolutamente todo, de la manera en que vos, y sólo vos, lo concibas. Sin necesidad de escuchar otras voces u otras necesidades que no sean las tuyas. Es por eso que siempre hago especial hincapié en aprender a escucharse, a hacerse caso, a eliminar los juicios de valor cuando las emociones y los sentimientos que se hacen presentes y atraviesan nuestro Ser.

Finaliza este 2020. Le damos la bienvenida al 2021. Los buenos augurios, los mejores deseos se renuevan… Proyectamos, soñamos, anhelamos… A veces creemos que las cosas se darán a su tiempo, producto de un destino ya escrito para ser transitado, otras tomamos consciencia de nuestro protagonismo a la hora de hacer que las cosas sucedan. Ni bien ni mal, son maneras elegidas de vivir la vida, de hacerse cargo.
Desde mi lugar en esta parte del mundo -hoy Buenos Aires, Argentina- deseo que tengas un maravilloso 2021, de la manera que lo concibas en cada nivel de tu existencia, que vayas concretando lo que te propongas, que disfrutes del camino y el aprendizaje que te vaya dejando cada vivencia y que cada experiencia se transforme en una maravillosa posibilidad de ser mas vos mism@

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